(Continuación)
…Cuando estalla la II Guerra Mundial, tras la ocupación de París por los nazis, Wilfredo Lam se traslada a Marsella y como testimonio de esa época, existen numerosos dibujos a tinta china en cuadernos en los que reproduce y mezcla elementos humanos, vegetales y animales, unas figuras que pronostican su retorno a Cuba, que finalmente se realiza en 1941. Los siguientes años después de su retorno, representaron el período decisivo en su carrera. Por otro lado, supuso el reencuentro con su cultura africana-caribeña. Instalado en La Habana, igualmente notorias fueron su amistad y relaciones con escritores e intelectuales cubanos.
En La Habana, Lam imprimió ciertos giros a la tradición pictórica euroccidental dentro de la cual se había formado, al crear nociones híbridas hasta entonces inéditas en la historia del arte. Las visiones y vivencias de su infancia, el mítico paisaje insular, la incorporación de contenidos e iconografías procedentes de los sistemas mágico-religiosos de origen africano extendidos en el Caribe y en Cuba como la santería, intervinieron en la definición de su arte. Lam desarrolló un estilo propio en el que combinaba el surrealismo y el cubismo con el espíritu y formas del Caribe. Su obra se puebla entonces de figuras sincréticas donde la energía y los mundos espirituales de las culturas caribeñas se funden en una búsqueda incesante del alma afrocubana.
A finales de 1942, comenzó su importante obra La jungla, que culminaría en 1943. De este período también es La silla y La mañana verde, desde entonces consideradas como obras maestras de las artes plásticas cubanas.
Viajero incansable, abandona La Habana en 1952 para regresar a París, allí permaneció durante tres años. En 1955 reanudó sus viajes. Son los días en los que su presencia en exposiciones internacionales se multiplica. Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica, Francia y Japón son algunos de los países en los que se exhibe su obra de manera habitual. Desde Europa articuló conexiones con el resto del mundo a través de viajes y exposiciones y proyectó con mayor fuerza la universalidad de su obra.
Casado en 1960 con la artista sueca Lou Laurin, madre de tres de sus hijos, a finales de los sesenta descubre su pasión por la terracota y se instala en Albisola Mare en la costa Italiana. Asentado en esta ciudad, siguió viajando por el mundo, incluidos los regresos ocasionales a su isla natal. Posteriormente se instaló definitivamente en la capital francesa.
Murió el 11 de septiembre de 1982. Tras ser incinerado en el crematorio de Père Lachaise, sus cenizas fueron depositadas en su ciudad natal en Sagua la Grande, Villa Clara, Cuba.
Lam a través de su obra sintetizó radicalmente las estrategias surrealistas y cubistas al tiempo que incorpora la iconografía y el espíritu de la religión afrocubana. Él llevó a cabo la creencia de que la sociedad se centraba demasiado en el individuo y trató de mostrar a la humanidad como un todo en su obra. Pintó figuras genéricas, la creación de lo universal. Su obra ha inspirado más de veinte monografías, poemas y cientos de ensayos, artículos, crónicas y reseñas, así como documentales, programas de radio y de televisión. Introdujo la cultura negra en la pintura cubana y desarrolló una renovadora obra que integra elementos de origen africano y chino presentes en Cuba.
Wilfredo Lam, es reconocido como el más universal de los pintores cubanos.