El túnel de La Habana es, sin duda alguna, una de las obras emblemáticas de la capital de todos los cubanos. Pasa por debajo de la bahía de La Habana y figura entre las siete maravillas de la ingeniería civil francesa.
La majestuosa obra de la empresa francesa Société de Grands Travaux de Marseille se extiende a lo largo de 733 metros, con una profundidad de 15 metros aproximadamente, y su construcción se realizó entre los años 1957 y 1958, terminándose el 31 de mayo de 1958 día en que se inauguró.
A cargo de la dirección de ejecución y proyección de la obra estuvo el ingeniero cubano José Menéndez Menéndez, quien junto al grupo de trabajo que lo acompañaba diseñó un sistema de tubos de hormigón reforzado, capaz de soportar grandes toneladas de agua. La compañía constructora europea había llegado a La Habana con el objetivo de construir un túnel flotante que conectaría la urbanizada parte de capital con el extremo este de la urbe.